Seguramente los has tenido cuando eras pequeña. Era una picazón y un ardor insoportable en el cabello que te volvía loca todo el día. Tu madre te pasó champú, lociones, vinagre y hasta te revisó la cabeza. Pero todo era inútil. Los piojos y las liendres nos han atacado a todos. Por suerte, con el correr de los años y con el avance de la medicina infantil, comenzaron a aparecer los peines para eliminar piojos y liendres. Aquellos primeros productos raspaban el cabello del niño y hasta incluso lo lastimaban.
Los piojos están presentes durante todo el año, especialmente en los colegios, piscinas y lugares públicos en los que se suelen juntar, sobre todo, los niños. Estos insectos saltan de una cabeza a otra, por lo que deshacerte de ellos puede ser un largo y frustrante proceso. Además de revisar periódicamente la cabeza de los peques, existen otras formas complementarias para eliminarlos. Puede ser un tratamiento con permetrina, lavar el pelo con vinagre, utilizar un acondicionador, aceites esenciales o infusiones de té o eucalipto. Todas las opciones son válidas, pero luego de aplicar alguno de los tratamientos que hayas elegido, siempre debes usar el peine para poder eliminarlos definitivamente.
Peine para piojos N-Lice
Es sumamente eficaz para eliminar liendres y piojos con sus púas de acero de doble canal sin dañar el cabello. Los dos surcos entrecruzados de cada una de las púas los arrancan fácilmente. Además, sus puntas redondeadas y soldadas entre sí, evitan daños en el cuero cabelludo y tirones en el pelo. Para utilizarlo correctamente, lava el cabello, preferentemente con el shampoo N-Lice, desenrédalo y estando húmedo, sepáralo en mechones (más o menos del ancho del peine) para pasar cuidadosamente la lendrera N-Lice desde la raíz hasta las puntas. Cuando el cabello esté seco, examínalo con cuidado para ver si hay signo de los insectos. Si detectas alguno, repite de nuevo el proceso.
Lo más destacado: Recomendaciones – Después de su uso, hierve la lendrera sumergiendola en un recipiente con agua hirviendo, fuera del fuego, entre 5 y 10 minutos para matarlos.